Ahora
que la histérica ola de excitación de nuestra sociedad enferma, se bajó un poco…
Incluso de la comunidad GLBT (principalmente los dichos activistas) que más parecían
una manada de fanáticos descerebrados, en su desespero de ser aceptados como
normales por miembros religiosos… ARGH. Parece que no aprenden, no escuchan, no
guardan memoria ni les interesa…solo les interesa armar una grande bulla
siempre que se les ocurre. Vámonos a los factos!
Feminista, escritor, actor y activista.
Shangay Lily
Feminista, escritor, actor y activista.
Después que han dedicado a las hipócritamente homófobas y
reincidentes declaraciones del Papa (vuelve a decir lo que la hipócrita Iglesia
viene diciéndonos a los homosexuales: si no practicas la homosexualidad y vives
en castidad y vergüenza te toleramos), empeñándose en cortarlas y editarlas para intentar poner en su boca
un mensaje tolerante que jamás ha dicho, es de manicomio. En
un prodigioso ejercicio de corta y pega disléxico, los medios han entresacado
la frase “¿Quién soy yo para juzgar a un gay?” como si el Papa estuviese hablando de los gays y el matrimonio
homosexual en general y no de una retorcida respuesta a una pregunta sobre el
escandaloso tema del la “mafia gay vaticana” o “lobby gay vaticano” que
echó a Benedicto de la capital de la empresa inmobiliaria Vaticano S.A. (estafa inmobiliaria que vende parcelas en
el más allá a precios de tu vida más acá).
Vamos
a ver, lo que ha dicho este Papa tan dicharachero como liante (jesuita al fin)
es exactamente lo mismo que viene diciendo la Iglesia en las últimas décadas.
Vamos, esas mismas palabras las ha dicho Juan Pablo II y Benedicto… lo que la prensa limpiamierda vaticana no
ha querido imprimir es la coletilla que sigue a esa insultante declaración: si un gay no practica sexo, se
dedica a Dios (esclavo de la empresa) y vive en celibato y purgando su
enfermedad, ¿quién soy yo para juzgarlo? Vamos, traducción: si un gay es tan
gilipollas que se niega a sí mismo y su vida sexual, su sexualidad, su vida, su
dignidad, y se dedica a proclamar la homofobia a los cuatro vientos, ¿quién soy
yo para juzgar su traición?
Para
los que quieran ver su alucinación como una novedad en la doctrina vaticana
sobre los homosexuales, ese medio tan conocedor de la misma, el periódico
cristofascista de Intereconomía, La Gaceta, lo explica en un artículo que es un
grito desconcertado (el subtítulo podría ser: ¿pero qué se han fumado los
medios seudo progres que no saben entender la declaración habitual que hasta
nosotros hacemos?) con el título POLÉMICA INVENTADA: El Papa, sobre los homosexuales: puro Catecismo.
El texto explica con datos qué ha querido decir el Papa:
Las
palabras del Papa Francisco sobre la homosexualidad siguen las líneas marcadas
por el Catecismo de la Iglesia Católica en el caso de los gays y reiteran lo
aprobado por Juan Pablo II, que cerró las puertas al sacerdocio femenino.
Sus
palabras, que han levantado una gran expectación dejan sin embargo con un palmo
de narices a quienes veían un “cambio de época” en la Iglesia. “El Catecismo de
la Iglesia Católica explica y dice que no se debe marginar a esas personas y
que deben ser integradas en la sociedad”, dijo el Papa. Y así es.
El
catecismo dice en el apartado 2357 que un número apreciable de hombres y
mujeres presentan tendencias homosexuales profundamente arraigadas y que “esta
inclinación, objetivamente desordenada, constituye para la mayoría de ellos una
auténtica prueba”.
“Deben
ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos,
todo signo de discriminación injusta. Estas personas están llamadas a realizar
la voluntad de Dios en su vida, y, si son cristianas, a unir al sacrificio de
la cruz del Señor las dificultades que pueden encontrar a causa de su
condición”, señala el Catecismo. El papa Bergoglio siguió esa línea a la hora
de expresarse sobre los gais y no
manifestó ningún comentario que fuese contrario o supusiese un cambio radical a
lo que dice el Catecismo.
Este,
apoyándose en la Sagrada Escritura, considera las relaciones homosexuales “depravaciones
graves”, “actos intrínsecamente desordenados, contrarios a la ley natural y que
no pueden recibir aprobación en ningún caso”.
¿Os
queda clarito el hipócrita y retorcido discurso homofóbico de los
cristofascistas y su representante empresarial, Papa? Porque, vamos que no
querer enterarse a estas alturas de la represión de que este falso y
asquerosamente homófobo discurso escondido tras las palabras amor y tolerancia
esconde el famoso mottocatólico (y de todas las demás religiones) de “ama al pecador, odia al pecado”. O sea: dí que no tienes nada en contra de un
homosexual pero sí de su homosexualidad, vamos que si no vive su vida, si
no es homosexual no le juzgas o repudias. Estas mismas frases las han dicho
Benedicto XVI, Juan Pablo II y cualquier contertulio cristofascista que se
precie: yo amo y saludo con los brazos
abiertos a cualquier homosexual… que no practique su pecado homosexual. Es una carga, una enfermedad que tiene que
combatir como Jesús llevó su cruz. O sea, la conocida variante “yo no tengo
nada en contra de los homosexuales, PERO…” y ahí sigue una detallada castración
de cada esencia de la persona y su vida.
Su
posición queda clara en estas respuestas que dio a El País (otro medio que usó
ese incompleto y mentiroso “¿Quién soy yo para juzgar a los gays?”)
P.
Usted no ha hablado todavía sobre el aborto ni sobre el matrimonio entre
personas del mismo sexo. En Brasil se ha aprobado una ley que amplía el derecho
al aborto y otra que contempla los matrimonios entre personas del mismo sexo.
¿Por qué no ha hablado sobre eso?
R. La Iglesia
se ha expresado ya perfectamente sobre eso,
no era necesario volver sobre eso, como tampoco hablé sobre la estafa, la mentira u
otras cosas sobre las cuales la Iglesia tiene una doctrina clara. No era necesario hablar de eso, sino
de las cosas positivas que abren camino a los chicos. Además, los jóvenes saben
perfectamente cuál es la postura de la Iglesia.
P. ¿Pero cuál es su postura en esos temas?
R. La de la
Iglesia, soy hijo de la Iglesia.
Muy
bonito lo de equiparar la homosexualidad
a la estafa y la mentira, ¿pero qué periodista o lector atocinado entiende
en esa frase que el Papa Francisco ha cambiado algo de lo ya dicho? Lo repite
varias veces: su postura es la misma que
la de sus predecesores. Más claro, agua. ¿Dónde leen los periodistas o
lectores que diga yo estoy en contra de lo dicho hasta ahora ni siquiera en una
coma? Todo esto sin tener en cuenta que este
Papa tiene un historial especialmente agresivo en lo que a homofobia toca.
Cuando era obispo de Buenos Aires lanzó una salvaje y brutal campaña contra el
matrimonio homosexual y las adopciones que llevó al chileno Movimiento de
Integración y Liberación Homosexual (Movilh) a alertar que El nuevo Papa Bergoglio es un referente de la homofobia.
Al
respecto, el Movilh aseguró que la Iglesia “pone
a la cabeza del Vaticano a un promotor del odio hacia la diversidad social”,
describiendo a Bergoglio como “un referente de la homofobia y del desprecio a
las minorías sexuales”.
La
organización señala que sus “odiosas y variadas cruzadas contra la igualdad de
derechos para las minorías sexuales” ofendió a este sector.
En
2010, el ahora nombrado Francisco I envió una carta a las Monjas Carmelitas de
la Arquidiócesis de Buenos Aires donde expresaba la oposición hacia el proyecto
para legalizar el matrimonio homosexual.
“No
se trata de un mero proyecto legislativo (éste es sólo el instrumento) sino de
una “movida” [del Demonio] que pretende confundir y engañar a los hijos de
Dios”, escribió Bergoglio en esa oportunidad.
Por
ello, el Movilh llamó a los católicos a rechazar al argentino y marchar para
respaldar la unión entre las personas del mismo género, asegurando que en la
Iglesia “la Alta Jerarquía no representa a sus ‘fieles’”.
Y
muchas historias contaron los alertados activistas LGTB de Argentina que habían
presenciado la brutal guerra contra la presidenta Fernández cuando esta anunció
su intención de aprobar el matrimonio homosexual.
Por
no mencionar los magníficos artículos del gran Horacio Verbitsky en Página/12 denunciando
su colaboración con el dictador Videla y la delación a dos sacerdotes por
“rojos” (implícita su persecución a la Teología de la Liberación que ya
lanzasen Juan Pablo II y Benedicto XVI).
Lo más triste de todo esto es que
algunos supuestos progresistas y representantes de partidos han corrido como
las locas a aplaudir el “revolucionario”, “histórico”, “valiente”,
“regenerador”, “tremendo” gesto del Papa que han fabricado como un síntoma de que la Iglesia ya ha cambiado
de pies a cabeza.
Ninguno
ha mencionado, ni por descuido las repugnantes declaraciones sobre la mujer en
la Iglesia que el simpaticucho y populachero Papa disimulamierdas hizo a
continuación de su homófoba declaración.
Nino
Torre puso, tan frescachón él, en su facebook:
“Debo
reconocer que el Papa Bergoglio me está ganando cada día más. Me alegra que,
aunque un poco tarde y demasiado despacio, la Iglesia Católica se adapte a los
nuevos tiempos y cambios sociales”.
Remató
el prematuro vaticinio con un comentario más adelante que proclamaba
triunfalmente: “En cuanto a cercanía y lo social este Papa no tiene ni
comparación con los anteriores”.
No
se habrá tomado la molestia de leer lo que el Papa dice de las mujeres:
Solo 1 mes antes da visita del papa: