Un excelente punto de vista de un activista que conoce la história real.
WSTNG siempre nos brinda excelentes materias en la Revista GLBT Dominicana.
Link en el final de la publicación de hoy.
Ya fue noticia que el 28 de Junio nuestro ilustre cardenal arremetió contra el gobierno norteamericano. Yo soy de los que creo que todo aquel que ha criticado a nuestra eminencia – en esta ocasión – comete una injusticia.
“Cualquier” es un pronombre indefinido que no alude a algo en especifico. Usado como un adjetivo, “cualquier” toma una forma despectiva y como sustantivo una forma denigrante u ofensiva. Similar pasa con la palabra “cosa”, que además usada para referirse a personas es deshumanizante. Juntas “cualquier cosa”, es una expresión vulgar que se refiere a algo sin importancia.
De esta forma nuestro Cardenal califica el nombramiento de un embajador homosexual en la República Dominicana: algo sin importancia. Pienso igual que él, pues no es el primer embajador homosexual en nuestro país, pero tal vez es el mas público.
Supongo que lo que confunde a los insensatos que los juzgan no fueron sus palabras, sino el tono de las mismas. Esto parece revelar una intención oculta en sus expresiones, los herejes plantean: denigrar a la persona del embajador e indicar su desacuerdo con las políticas norteamericanas.
Yo contradigo eso. Debemos pensar que el Estado Vaticano (representado por el Cardenal) y el Estado Norteamericano (próximamente representado por un embajador gay) no comulgan, pero no es así: el primero se enriquece a costa del otro, por tanto, se aman.
Lopez Rodríguez, consciente de esto y en su sano juicio jamás hubiera menospreciado a EEUU. Creo que él se equivocó con las palabras y que sus adversarios ávidamente las manipularon para hacerle daño. Sostengo y afirmo que eso no fue lo que nuestro amoroso y piadoso Cardenal quiso significar con sus palabras.
¿Entonces que fue lo que quiso decir?
Para responder esta inquietud, debo remontar unos cuantos hechos históricos que me llevarían a escribir por meses.
Debiera dar cifras de las víctimas de la Santa Inquisición y los motivos estúpidos por los que miles de personas (incluidas mujeres y niños) fueron separados de sus familias, mutilados y asesinados. Debiera dar cifras de las víctimas de las Cruzadas y de un afán de ganar poder y propagar odio. También debiera dar cifras de las mujeres intelectuales que por “atreverse” a pensar fueron quemadas como brujas.
Para que comprendan el por qué sostengo que el Cardenal no quiso usar esas palabras sino otras, debería relatar una historia que va desde la apatía hasta la intolerancia, la violencia, las humillaciones, malos tratos y el asesinato contra todo aquel que pensara o fuera diferente.
Es una historia que va desde el silencio confabulador y cómplice de grandes desgracias hasta las excomuniones y persecuciones en el seno del cristianismo.
Esta historia, va desde el desprecio hacia los judíos hasta los pecados cometidos contra la convivencia pacífica, el amor, los derechos de los pueblos y su exterminio cultural; los cometidos contra los hijos de familias pobres, los marginados y los carentes de “status” sociales.
Esta historia que hoy en día va desde la corrupción y el enriquecimiento ilícito hasta el terrible hecho de encubrir a violadores y otras vejaciones contra niños y niñas.
Esta historia – que por extensa no podré contar - es la que me hace pensar que nuestro ilustre Cardenal lo traicionó los nervios por la atención periodística del momento y se le cruzaron las palabras. Lo que realmente quiso decir fue: “Del Vaticano y la Iglesia católica se puede esperar cualquier cosa”
Link Revista GLBT Dominicana:
http://www.alianzagth.org/forogth/index.php?topic=101.msg343#msg343
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